domingo, 29 de noviembre de 2009

_Sombras_
















Era una más allí, apoyada en la barra del bar una persona saboreaba sus labios. Su mano derecha bajó lentamente depositando sobre aquel frío marmol otra copa más. Su cuerpo cansado dio media vuelta, reencontrándose con ese lugar que ya no era capaz de reconocer, aquellas sombras eran clones de la noche, eran sordas, ciegas y avariciosas, las paredes se alzaban como la más alta montaña o mejor aún, aquello parecía el más profundo abismo. Aquel pálido joven alzó la vista, su expresión de indiferencia dejaba entrever que su noche estaba llegando a su fin...

Y así fué, se dispuso a dar su primer paso, intentó abrirse camino entre la espesa capa negra que cubría aquella sala. En verdad, aquel sitio parecía estar exento de vida.
Recostó su hombro sobre la puerta y tán despacio como pudo abrió la salida a la realidad.


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2 comentarios:

Isabel dijo...

Evadirnos de nuestra propia existencia con la única compañia de una copa entre nuestros dedos.

Amo a la noche, es tan bella, tan compleja.
El día ilumina nuestros rostros y escondemos a nuestra porpia persona tras tres kilos de maquillaje, una sonrisa falsa y un "parecer" acompañante.
Pero la noche...la noche da sentido a lo real, a lo cierto, al "trasfondo", da vida a nuestros sentidos y todos se dejan ver, sentir, tocar... Por eso, llega a ser tan duro vivir en lo que realmente somos...que llegamos a necesitar calmarlo. ¿Cómo? ¿y por qué no otra copa?

Lo cierto es, que seguro que fueron más de tres horas el tiempo que paso desde que solto la última copa sobre aquel mármol frío y saliera a la "realidad". HAY MIEDO A ELLA.

Un beso :D

kiku dijo...

Me alegró y me sorprendió tu comentario, y sí.. creo que también fueron más de tres horas jajaja. La próxima brindaré por usted.
Un abrazo Isabel.

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